Cómo edificar nuestra casa espiritual.

Hay casas materiales como también las hay espirituales; en cuanto a las materiales a todos nos gustaría que fueran construidas sobre unos buenos fundamentos, como bases de concreto con hierro profundas, ojalá sobre piedra y no sobre arcilla; también vigas y columnas en concreto reforzadas con varillas de hierro; de tal forma que ante un movimiento telúrico, o una inundación, o una avalancha, o un tornado, o un huracán, esta se mantenga firme y pueda mantener con vida a las personas que allí se refugian y que también pueda mantener intactas las pertenencias que hay en su interior.

Texto: Mateo 7:24-25.

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”.

CONCLUSIONES.

Hay normas que se deben cumplir cuando se trata de construir casas o edificios; así mismo hay consejos para construir nuestra casa espiritual.

Cuando se trata de casas físicas es muy importante los fundamentos, la escogencia de un terreno adecuado, la profundidad de las bases de concreto reforzado que le vamos a colocar, etc.; lo que garantiza que dicha casa permanecerá estable durante muchos años y firme ante las amenazas catastróficas de la naturaleza.

De la misma forma se edifica nuestra casa espiritual, cuyo primer fundamento debe ser la roca, que en sentido espiritual es Jesucristo: “Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. 1 Corintios 10:4.

¿Y cuál es el propósito de una casa espiritual?

Dios nos manda a ser edificados como casa espiritual, para que también ejerzamos el sacerdocio al que fuimos llamados y mediante él ofrezcamos sacrificios; pero no sacrificios de animales, ni de flagelaciones contra el cuerpo, sino más bien sacrificios de alabanza y de adoración, sacrificios de obediencia y la presentación a Dios de nuestro ser completo vivo, santo y agradable: “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. 1 Pedro 2:5

No hay otro fundamento sobre el que podamos construir nuestra vida espiritual; pues habrá muchas religiones, sectas y doctrinas, y así mismo una gran cantidad de dioses; pero solo existe una persona, que es el hijo de Dios encarnado en hombre, que entregó su vida en la cruz del calvario para pagar el precio de nuestros pecados y por eso Jesucristo es el único fundamento, el único que puede justificarnos y llevarnos al reino de los cielos: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. 1 Corintios 3:11.

Pero muy pocos han edificado su vida espiritual sobre el verdadero fundamento, pues la mayoría han desechado a Cristo porque creen que no es necesario en sus vidas; el hombre cree haber resuelto todos sus problemas sin la ayuda de Dios y por esto mismo lo han desechado de muchas escuelas, colegios, universidades, empresas y aún de los gobiernos: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo”. Salmos 118:22.

Muchos creen tener resuelto todos sus problemas materiales y hasta ostentan felicidad para toda su vida terrenal, pero no les interesa saber nada de la vida más allá de la muerte y, por lo tanto, son muchos los que están despertando en el infierno (luego de su muerte), con la tremenda sorpresa de que están en el sitio que menos esperaban, en un sitio de tormento para sus almas, porque desecharon a Jesucristo, quien podía impedir que fueran a ese lugar de castigo.

¿Y cómo hacemos entonces para construir sobre la roca?

El concreto sólido se obtiene mezclando arena, con cemento, agua y algunos otros componentes, luego de lo cual se solidifica y llega a ser más duro, resistente y eficiente que la misma piedra. Así mismo en el ámbito espiritual hay una forma de tomar varios ingredientes como la fe, la Palabra de Dios y la obediencia, entre otros y mezclarlos para llegar a obtener esa roca espiritual, así como lo advierte su Palabra: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”.

No es que Cristo sea el resultado de combinar ingredientes; sino que, mediante ellos, especialmente la obediencia, hacemos que Cristo venga a morar en nuestro corazón y entonces esta roca gobernando desde nuestro interior, se convertirá en el fundamento de nuestra casa espiritual: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Apocalipsis 3:20.

El producto final.

El producto final de un buen fundamento material es una casa estable ante el paso del tiempo, ante las circunstancias del medio ambiente y ante otros factores que hace que permanezca inmutable, porque tiene un fundamento sólido: “Porque estaba fundada sobre la roca”.

De la misma forma ocurre con la vida espiritual de una persona, aquella que permanece fiel a Dios aún a causa de las circunstancias adversas, a pesar de los ataques de las tinieblas, a pesar de las enfermedades y a pesar de las aflicciones, es porque está fundada sobre la roca que es Jesucristo. Y el hecho de permanecer hasta el final lo hace merecedor de aquel gran galardón de la vida eterna: “Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo”. Mateo 24:13.

Si su vida espiritual no está fundada sobre la roca que es Jesucristo, entonces su vida eterna está en riesgo porque solo Cristo nos puede dar vida, porque él es la vida (tanto que resucitó a Lázaro con cuatro días de muerto). Hay otros fundamentos como la sabiduría humana, las riquezas, la idolatría, la santería, la filosofía, las religiones y las sectas, que solo conllevarán a que su alma se pierda en el infierno; pues estos son fundamentos muertos, que fueron puestos por las tinieblas para cumplir el gran propósito del diablo, consistente en destruir al hombre.

Estimado hermano y amigo, si el fundamento de su vida es otra cosa o persona fuera de Jesucristo, entonces su alma está en peligro de pasar una eternidad en el infierno, y por lo tanto, es hora de que reconozcas que eres pecador, que acudas arrepentido a la presencia de Jesucristo y que le recibas como señor y salvador, y de esta forma Cristo entrará en su corazón y se constituirá como fundamento de su casa espiritual: “Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”. Colosenses 2:7.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

  

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