Morir sin Cristo es una catástrofe.
La vida pasa, y cada vez estamos más cerca del fin, ¿Pero estamos preparados para presentarnos sin temor ante al gran juicio final? Si no tienes a Cristo en tu corazón, seguramente lo que te espera es el castigo eterno y no el gozo del reino de los cielos. Deja el mundo con sus pasiones y pecados y ven a Cristo que él desea salvar tu vida.
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